martes, 15 de mayo de 2007

Historia de Quetzalcoatl.



Los principios e indicios históricos y arqueológicos de la primera venida de Quetzalcóatl a la tierra están presentes en todas las religiones de la tierra y dieron fundamento a la mayoría de las religiones actuales.
Mucho antes que apareciera la Biblia en el medio oriente o el cristianismo en Europa ya en América en la civilización tolteca se habían sentado las bases de lo que seria el futuro espiritual de la humanidad.Existen muchos indicios y pruebas arqueológicas que dan un testimonio muy claro de lo anterior. Espacialmente en Palenque se han encontrado cruces y textos que hablan del primer profeta iluminado en gracia de Dios que dio origen a todas las religiones del mundo.
Según: Jorge Mier HoffmanLo encontrado en Palenque en la pirámide de las inscripciones:
“Cambia radicalmente las religiones en el planeta… crea una nueva concepción de la evolución del hombre… es la respuesta a la desaparición de muchas civilizaciones que reinaron en América; pero sobre todo, es la prueba de la existencia de ese mítico personaje llamado Quetzalcóatl, que algunos historiadores llaman Pacal, y a quien muchos lo creían producto de la fantasía y la mitología americana, pero cuyo dogma teológico constituye la fuente de inspiración de las religiones más importantes del planeta”.
Este mismo concepto fue estudiado por: Luis Arochi. Quien defiende la hipótesis del contacto espiritual y comercial que existía entre los pueblos de Mesó América y la cultura egipcia y china. Como lo demuestran objetos y piezas encontrados en la tumba de Pakal.
Según lo encontrado por Mier en Palenque podemos saber que existía toda una iconografía cristiana que apoyaba la idea de un Mesías propio de esta región del mundo cuyo testimonio fue posteriormente ocultado por la iglesia católica en su afán de destruir todo concepto ajeno a su concepción del mundo.Siguiendo a este autor y si observamos en detalle el grabado maya coloreado, se puede ver una extraña escultura en forma de “cruz” cubierta con misteriosos “grifos” a la cual le rinde homenaje un personaje, que tiene la particularidad de vestir una especie de traje ajustado al cuerpo (tipo mono)…Son espectaculares murales de estuco que impactan por su belleza y realismo; y que a pesar de su antigüedad, sorprenden al espectador esas escenas de adoración subliminal a la “cruz”... Algo que no tiene comparación en toda la teología arqueológica cristiana.Cuando el obispo del pueblo de Santo Domingo de Palenque informó al Vaticano sobre las “cruces mayas”, la orden fue:
“Hay que borrar esas escenas paganasque atentan contra la fe y el catolicismo”
Decenas de paneles de estucos fueron derribados de las paredes de los templos; otros golpeados hasta convertirlos en polvo, y los de madera fueron quemados. Por fortuna, algunos paneles se salvaron de la inquisición católica, cuando fueron extraídos sigilosamente por los nativos que, impactados por esas extraordinarias escenas de sus antepasados, los ocultaron en sus humildes viviendas.
Por casi cien años los asiduos visitantes a Palenque, que excavaban y saqueaban las ruinas en busca de tesoros ocultos, se detenían en las moradas de los templos para admirar los inmensos murales de “cruces” que fueron plasmados por artistas mayas, dentro de un conjunto armonioso de diseños geométricos, perspectiva y el perfecto manejo de la luz y la sombra, para que los motivos tomaran un realismo en la medida que los rayos del sol penetraban la penumbra de los templos, como una obsesión enfermiza por parte de los arquitectos mayas, al querer inmortalizar el signo de cristianismo de la “cruz”... Todo parecía quedar en un debate estéril entre teólogos y arqueólogos en cuanto a la veneración de la “cruz” por parte de los mayas, miles de años antes que naciera Jesucristo y surgiera el catolicismo.
Es claro por tanto que los pueblos de América fueron en realidad los primeros cristianos y contaron con un personaje que por sabiduría y contacto con el ser supremo superaba a todos los demás profetas y sabios que habaron de Dios en la antigüedad esta figura no tuvo parangón en el entendimiento espiritual de la divinidad hasta la llegada de Jesús 800 años después.El nombre de este primer iluminado de la palabra de Dios en la Tierra es Quetzalcóatl.
Cuando se descubrió la tumba de Pakal en 1952 por el arqueólogo Alberto Ruz se encontró un grabado de piedra que cambiaria por completo la concepción religiosa que teníamos de los antiguos Americanos.
Se encontró una figura humana relacionada con la cruz esta vez no como adorador de la escultura en forma de cruz, sino que está montado y relacionado en forma intrínseca con ella. Esta figura por supuesto representaba a Quetzalcóatl no como Dios de Venus o del aire sino como guía cristiano de la humanidad. De inmediato la arqueología ortodoxa guiada por la iglesia católica se pronunció sobre el significado de tan misterioso grabado, con una hipótesis carente de lógica, que además intentaba explicar la representación del fuego que brotaba en uno de sus extremos del enigmático grabado en la losa:
“La escena representa el nacimiento de la planta de maíz y al hombre surgiendo desde las entrañas del infierno”
Es decir, que la iglesia católica daba a entender que los mayas, miles de años antes de escribirse la Biblia y el Corán, ya conocían del significado de Satanás y las llamas del infierno… Pero si analizamos el conjunto artístico de manera objetiva y no apasionada, el diseño de las “cruces” que decoran las paredes de los templos de Palenque, adquieren una nueva dimensión frente al diseño de la lápida… Es evidente, que este personaje misterioso adquiere un símbolo de divinidad propia de la representación de Quetzalcóatl, quien se merecía toda la idolatría que se hizo del él en Palenque.
Incluso para la misma iglesia católica fue imposible negar el significado espiritual y la cercanía de estos conceptos con el cristianismo tradicional.
También en palabras de Mier:
“Quetzalcóatl fue la máxima divinidad de las culturas americanas, cuyo nombre cambió en la medida en que cambiaban las culturas que lo adoraban… El cielo y la tierra representados en el ave Quetzal que vuela por los aires y la serpiente que se arrastra sobre el suelo, se combinan en una divinidad interpretada como la serpiente emplumada conocida como Quetzalcóatl el Mesías o el ungido de Dios. A la luz de este nuevo descubrimiento, la interpretación de los paneles en los templos obliga a desprendernos de los patrones de enseñanzas que han condicionado nuestra visión objetiva. No obstante que los símbolos mayas son todavía parcialmente indescifrables , sabemos que era una escritura simbólica e interpretativa para que pudiera ser comprendida por todos los nativos.
Mediante computadoras se colorearon las escenas realistas logradas por los artistas mayas, con la finalidad de interpretar el significado de ese misterioso grabado que se colocó sobre el ataúd, y obtenemos la siguiente imagen: La escena más que enigmática es incomprensible… si tomamos en cuenta, que el grabado fue realizado cientos de años antes de Cristo. En la losa nuevamente vemos al personaje ataviado con un traje ajustado al cuerpo, sentado en un extraño aparato, manipulando instrumentos, y por la parte de atrás brotan lenguas de fuego… Lo interesante de este descubrimiento, es que la lápida estaba llena de símbolos y dibujo del Mesías Quetzalcóatl, colocado en una especie de aparato volador con el cabello ingrávido (como estaría un astronauta sin su casco), sentado en una especie de silla con cinturón de seguridad y con los pies apoyados en unos pedales y controles al frente. En 1969 la NASA estudió el enigmático grabado, encontrando 16 puntos coincidentes entre el dibujo de la lápida y el módulo de mando de una cápsula espacial contemporánea”.
Por lo anterior hay quienes dicen que esta grafica representa una capsula espacial o un objeto de gran complejidad técnica que los mayas pudieron construir gracias a los conocimientos o intervención del profeta Quetzalcóatl.
Por supuesto esta no es la posición oficial de la Iglesia de Quetzalcóatl según la cual el objeto representa un mensaje para los tiempos tecnológicos actuales según esta visión se debe aceptar la autoridad moral y espiritual del moderno Quetzalcóatl para tener una nueva visión de la tecnología y de sus usos actuales y futuros.
Lo anterior no impide que nos admiremos de la visión que poseía el primer Quetzalcóatl y de su contacto metafísico con tiempos y lugares diferentes a los que constituían su realidad corporal.
Finalmente citamos al licenciado Luis Enrique Arochi y a sus escritos referentes a la Serpiente Emplumada como la imagen viviente de QUETZALCÓATL “El Dios de Anahuac Quetzalcóatl es el Buda de América... Los historiadores se disputan si fue un Apóstol de Cristo o bien un pagano cuyo nombre está ligado a la serpiente emplumada. La opinión general, es que Quetzalcóatl fue un Mesías y un legislador divino”
Según Mier para los actuales nativos mexicanos, su profeta Quetzalcóatl no es producto de una fábula tergiversada por el tiempo ni está narrada en fantasiosos relatos plasmados en antiguos escritos. Su Dios vive y cada año se presenta ante ellos como lo ha hecho desde siempre ya que Quetzalcóatl está presente cuando su imagen, convertida en luz y sombra, desciende por la pirámide de Kukulcán para anunciar la llegada de la primavera y del invierno otoñal, que anuncia la cosecha del maíz, como el fruto que heredaron de Quetzalcóatl, y que hoy es el alimento más importante del planeta, como un aporte maya para aliviar el hambre en el mundo. Como un nuevo profeta que renace de las cenizas del pasado y guía a la humanidad hacia un nuevo despertar espiritual.